domingo, 25 de enero de 2009

Una gran pelea


Lo habían traído de Trujillo, mi padre que me quería mucho, lo había pedido a un conocido para mí como regalo. Cuando llegó, pude ver en su rostro la satisfacción de la alegría que acababa de causar en su hijo aquel animalito. Este no era muy alto, pero tenía un gran porte. La cabeza era pequeña con ojos grandes y desafiantes, el pico corto y fuerte, la golilla era frondosa, blanca con tonos plateados, el pecho ancho y negro y las alas muy largas con las guías blancas, los caidéles que colgaban del lomo también eran blancos en su mayoría con pintas multicolores, muy largos y finos, y la cola larga y ahorquillada llevada muy baja. Los muslos fuertes y los tarsos proporcionados a su tamaño. En suma era un bonito ejemplar.
Tendría el animalito unos ocho meses, y tenía mucha ilusión con este gallito, ya se lo había enseñado a los demás amigos que también criaban gallos en ese entonces , lo habíamos hecho “topar” y les había gustado mucho lo mismo que a mí, no era muy rápido , pero si muy seguro al pelear, después del primer “revuelo” se situaba a cierta distancia del rival observándolo con detenimiento , y atento a los movimientos del adversario, picaba el suelo en actitud desafiante pero sin sacar sus ojos de él.
Cuando cumplió los once meses, ya entrenado, lo llevamos a “Charapa” que era un gallero muy conocido en Villa María que tenía un ruedo en el que todos los domingos a medio día al son de música criolla, ceviche y algunas cervecitas, los aficionados llevaban sus ejemplares para “probarlos” y pasar una tarde amena. Yo ya era asiduo concurrente a la casa del citado gallero, a la que domingo a domingo asistía y esperaba con afán algún día llevar mi “plumita” para poder jugarla y medirme con los otros aficionados que ya eran conocidos y algunos de renombre entre la afición gallística.
Soltamos al Giro en la cancha del mencionado gallero y lo cotejamos con un ejemplar, un Gallino de un criador de ese entonces, de apellido Salazar, que tenía una línea de gallos blancos que le habían dado resultado, pactamos la pelea y esperamos el turno. La peleas transcurrían entre la alegría, risas y bromas de los concurrentes .De acuerdo iban avanzando las peleas y se acercaba nuestro turno nos entraban los nervios de la primera vez, nos fuimos a un lado del ruedo y armamos a nuestro combatiente para la justa.
Nos llamaron a la pelea, llevamos al ruedo a los animales, los picamos y luego a nuestras esquinas respectivamente. Suena la campanilla ¡Suelten los gallos! grita el Juez , los animales saltaron al ruedo y emprendieron acometerse con ferocidad en los primeros revuelos que para muchos casos, son los decisivos en el combate, luego no transcurrió mucho para que el Giro con gran acierto en sus acometidas diera cuenta de un adversario ya herido mortalmente en los primeros embates. Luego, vinieron las felicitaciones respectivas de los demás galleros por tener un animal de buena calidad y las preguntas de siempre, como que de donde era, que línea tiene y las recomendaciones para llevarlo a una cancha de mayor nivel, dicho más claramente, a un coliseo, que para ese entonces y hasta estos días es uno de los más renombrados y conocidos de Lima, ese es el “Coliseo Chirinos" que para suerte nuestra esta en nuestro querido distrito.

Con la moral alta y hablando sobre la pelea con los amigos decidimos que guardaríamos al Giro, dejaríamos que mude , y lo prepararíamos para la gran concentración de Fiestas Patrias del próximo año, era emocionante pensar que iríamos por primera vez a un coliseo donde van a pelear animales de gran calidad, donde vienen invitados para esas fechas muchos galpones de Lima y de Provincia e invitados internacionales que para ese año eran de Colombia, Chile y Ecuador, un Galpón representando a cada país.
Llegaron las fechas esperadas así que nos aprestamos a llevar al Giro a la cancha, nos reunimos en mi casa y partimos en comitiva hacia nuestro destino, en el camino conversábamos de la calidad de los animales que llevan para estas fiestas, que es lo mejorcito de cada galpón y esto nos impacientaba mas, pero así todo nos decíamos que había que tenerle confianza a nuestro animalito, que era muy bueno y que podía hacer una buena pelea.
Antes de entrar al coliseo ya estaba sorprendido con la cantidad de automóviles que habían estacionados, dos cuadras antes de llegar al coliseo no había sitio para aparcar mas autos y en la entrada había mucha gente haciendo fila para comprar los boletos de ingreso. Hicimos lo propio y entramos por primera vez a un coliseo, nunca había visto tanta gente y el bullicio que había era ensordecedor, había gente abarrotada en las graderías y en la galería superior también, así que encargamos a uno de nuestra comitiva, a mi amigo Junior que se encargara de hacer la “coteja” del Giro.
Al rato llega Junior y nos dice que había pactado con el galpón “Los Próceres”, que el contrincante del Giro era un ajiseco tuerto y que la pelea se había pactado a doscientos cincuenta soles que para la fecha era buen dinero, así que hicimos nuestra “chanchita” y cubrimos la apuesta, el pago por la pactada y juez. La Pelea se demoraría en llegar a realizarse en unas dos horas aproximadamente, así que nos dedicamos a ver las peleas hasta que nos llegara el turno. Era emocionante ver cuando se enfrentaban gallos de los galpones de Perú con el de los invitados internacionales, ahí la gente hacia un solo puño y coreaba el grito de ¡Perú, Perú, Perú! animando a los ejemplares de los galpones locales y aplaudiendo, era muy emocionante, por el ambiente y las peleas de gran calidad que se apreciaban.
Al fin llego nuestro turno. Por los altavoces mandaron a armar gallos al “Galpón Los Próceres” y al “Galpón Santa Fe” refiriéndose a nosotros, nombre que elegimos el mismo día ya que no teníamos nombre para nuestro galpón. Al rato se acerca un espectador y nos pregunta con quien jugaríamos, nosotros le respondimos que con el “Galpón Los Próceres” de Santiago de Surco (lugar con mucha tradición gallística en Lima) y el nos vuelve a preguntar si que con un ajiseco tuerto, y nosotros le respondimos que si, entonces el nos dijo que probablemente perderíamos, que el animal era muy conocido en el coliseo y que llevaba ya trece peleas invicto, le decían “El Perro” y era un gran gallo. Nos quedamos fríos, al menos creo que yo mas porque era mi gallo, y de verdad me asusto la cantidad de peleas que tenía el susodicho, luego mientras yo cogía a mi Giro para que lo armen trataba de darme confianza hablándole y diciéndole que tenía que hacer una buena pelea, que él era un gran gallo, y que iba a salir bien de la justa.
Junior cogió al Giro y comenzó a bajar por las graderías al centro del ruedo para proceder a picar a los gallos, era verdad la fama de aquel gallo, picaba furiosamente la mano de su amo, como pidiendo que lo soltasen ya al combate, la gente apostaba frenéticamente en contra del Giro y eso nos ponía más nerviosos, el único que no estaba así era el “Loco Aldo” que estaba apostando por fuera contra quien se le presentase, creo que apostó al menos con cinco personas y la verdad yo ya tenía miedo de saber si iba a poder pagar aquellas apuestas, porque en el circulo gallístico la “palabra de un gallero es palabra de caballero” y si no se cumple, ahí sí que se arma la grande.
Pican los gallos, suena la campanilla y al grito del Juez “Suelten gallos” los combatientes entraron en un furioso primer contacto luego del cual el Giro poco nada pudo hacer para parar las embestidas del Ajiseco. Una, dos, tres, cuatro, cinco pasadas de revuelo por encima del Giro y en cada golpe el Ajiseco metía las espuelas con decisión, La gente gritaba: ¡Se muere el Giro, se muere el Giro!, ¡Dale Ajiseco!, ¡Sécalo de una vez! Y nuestro amigo no reaccionaba, es mas se le había hinchado el cuello con un tiro de degolle con lo cual no podía respirar, se puso morado y enterró el pico, La gente grita nuevamente, ¡se muere, se muere! Y el juez ordena ¡Primera falta! ¡A levantar gallos y a sus esquinas!: Junior corre desesperado al centro del ruedo, recoge al Giro y lo comienza a masajear en el cuello, le abre el pico , lo sopla, y entonces el Giro bota el coagulo de sangre que tenía en la garganta, le vuelve el color al rostro y a nosotros también y comenzamos a gritar frenéticamente dándole ánimos a nuestro amigo que parecía con un nuevo aire, no sé, son cosas de estos animales pueden estar para morir y de un momento a otro recobran fortalezas y ánimos que en otras criaturas no se ve.
¡A soltar Gallos! Ordena el Juez la gente grita y nuevamente se reanuda la pelea pero esta vez, el Giro no fue tan impetuoso, Adopto su clásica parada de observar a su enemigo a la distancia, moviendo la cabeza hacia abajo, incitándolo a la acometida, y al fallo claro está, porque es bien sabido que los animales que tienen estas características esperan el menor descuido del contrincante para dar el certero golpe. Nuevamente el Ajiseco utiliza su mismo repertorio, una, dos ,tres y luego el Giro al momento que el Ajiseco cae del revuelo se voltea y lo coge por el lomo y con gran fuerza y de un certero tiro en la base lo deja casi tumbado, la gente grita, lo mismo nosotros, las apuestas cambian de bando, ¡Voy Giro! ¡Voy Giro! , ya nadie quería al Ajiseco porque su destino parecía marcado y fue así, el Giro nuevamente se acerca con furia al Ajiseco y de un solo golpe lo deja muerto en el acto. Se armo un loquerío, la gente comenzó a aplaudir por la calidad del gallo y nosotros nos lanzamos al ruedo a sacar en alto a nuestro campeón del barrio, nos abrazábamos y felicitábamos pero el más contento era el Loco Aldo que había apostado por fuera y había ganado mucho dinero. Lo llevamos al lugar destinado en el coliseo para el veterinario, lo hicimos inyectar le curaron las heridas y lo guardamos, luego a festejar con una comida y unas bebidas que nos animaron mucho por la victoria obtenida en esa cancha y especialmente en esa fecha tan especial con aquel animalito de tanto coraje y calidad y fue él precisamente, el que nos dio a conocer por primera vez en el circulo de aficionados a los gallos de riña. Demás esta decir que este gallito tuvo otras muchas victorias y fue padrillo en mi galpón pero esas ya son otras historias.Grandes y gratos para mí son estos recuerdos de mi adolescencia que siempre quedaran en mi mente y corazón …..

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